The Strongest lo arruinó afuera

The Strongest quedó eliminado de la Copa Libertadores de América por no sumar nada afuera, ése fue su "pecado" en el Grupo 4, que ayer terminó con la clasificación del Inter brasileño y el Emelec ecuatoriano a los octavos de final. Ganar todo en casa no le sirvió de nada al Tigre, sus nueve puntos quedaron cortos y, de paso, en la última jornada disputada ayer, los dos resultados jugaron en su contra: el Inter le ganó 1-0 en Porto Alegre y Universidad de Chile —ya eliminado— no le pudo dar una mano al caer en Guayaquil frente al Emelec (2-0).

De entrada The Strongest planteó mal el partido. Un equipo —el atigrado— que necesitaba ganar se metió más bien atrás para defenderse, en procura de no perder, y le cedió toda la iniciativa al Inter, que se lo "comió" en la primera parte.

El equipo atigrado no apostó a sus posibilidades, no se puede ir a jugar en pos de los tres puntos jugando a la defensiva; su propuesta más bien fue la de esperar que el resultado de Ecuador le beneficiara. O sea, optó por depender de otro y no de sí mismo.

A partir de los 15', cuando Sasha cabeceó y la pelota se fue apenas desviada, el Inter hizo todo suyo el partido, solo había que esperar en qué momento iba a llegar el gol, porque lo hacía madurar cada vez más. The Strongest padeció atrás, en su última línea, porque ni siquiera tuvo capacidad para dar lucha en el medio. Ahí fue rebasado y, por tanto, toda la carga cayó en los hombres de la retaguardia. Adelante —dicho sea de paso— estaba "borrado". A los 21', Nilmar se perdió el gol tras un centro de Valdivia. A los 25' y 29', estuvo muy bien Vaca con tapadas notables. No había dónde perderse.

Finalmente llegó el gol de Valdivia (40') tras una jugada que se gestó en una mala salida de The Strongest, la llegada de Sasha por derecha y un centro que el goleador aprovechó con un remate de derecha, de primera. En el vestuario, durante el descanso, la actitud atigrada cambió abruptamente. Claro, ya sabían los jugadores que Emelec ganaba y que a The Strongest lo único que le quedaba era lograr la hazaña de vencer.

Aún con cierta timidez se abrió a buscar el arco contrario, eso coincidió con las licencias que le dio el Inter. Incluso errores defensivos groseros del cuadro brasileño que no fueron aprovechados por el Tigre. La campaña stronguista terminó dejando una imagen de querer, pero de no poder. Entre Chumacero y De la Cuesta —que "revivió" en la formación stronguista— se perdieron las más claras ocasiones.

Destacado - Valdivia

Saltó desde el banco de los suplentes y le dio un fuerte impulso al ataque del Inter. Rubricó su actuación con el único gol del partido.

El árbitro - Bien

Enrique Cáceres (paraguayo) dirigió con serenidad, sin complicarse. Un probable penal a Escobar (en realidad no fue) fue lo más discutible.

Los datos

Primer tiempo

Fue todo del Inter. Hizo un gol, pero pudo hacer por lo menos otro más. The Strongest no apareció más que para defenderse. El Tigre necesitaba ganar, pero su actitud fue la de no perder.

Segunda mitad

Coincidieron dos factores: The Strongest, perdido como estaba, se animó un poco a atacar, mientras que Inter bajó su nivel de juego, incluso cometiendo errores. Chumacero, De la Cuesta y Escobar tuvieron opciones de gol, pero las desperdiciaron.

Emelec no le dio ninguna chance al Tigre

Aguantar y evitar que el Inter le hiciera un gol no parecía un mal negocio para The Strongest, siempre y cuando a la misma hora en Guayaquil, el Emelec tampoco le hiciera daño al ya eliminado Universidad de Chile. Por más que el Inter lograra la victoria, si Emelec no lo conseguía, el Tigre se hubiera clasificado, pero esa posibilidad era muy endeble, hasta que se rompió.

La estantería stronguista se vino abajo en apenas un par de minutos, no tanto por el gol que marcó Valdivia a favor del conjunto brasileño (40'), sino por el que hizo instantes después Miller Bolaños para el ecuatoriano (41'). El Emelec sufrió un poco para abrir la cuenta, incluso Universidad de Chile les dio esperanzas a los atigrados al generar ataques, alguno con sello de gol.

Según la agencia AFP, fue el equipo chileno el que pisó primero el área contraria, en una acción en que Leandro Benegas reclamó como falta para penal, tras ser agarrado por la camiseta, acción que el juez mexicano Roberto García no consideró como falta. Después tomó el control del juego el equipo local y fue gestando situaciones. Por ejemplo, una clara fue cuando un cabezazo del paraguayo Fernando Giménez fue devuelto por el travesaño.

Ya en la segunda mitad, Emelec puso el definitivo 2-0 de nuevo con Bolaños, que disparó a un costado del portero Herrera, después de un pase preciso de Escalada, eso fue en el minuto 62. En Brasil, la reacción de The Strongest fue no solo tardía sino sin fuerza. Ni pudo lograr la hazaña ni el milagro esperado llegó.

Su único punto fue en México

Primera fase

The Strongest comenzó bien su participación en esta edición de la Libertadores, logrando un empate en su visita al Monarcas Morelia mexicano en la primera fase (1-1). A ese resultado le agregó un triunfo en La Paz (2-0) y ello le sirvió para clasificarse a la ronda de grupos. A la larga, fue el único punto que consiguió jugando como visitante.

Tres derrotas

En Santiago, ante Universidad de Chile, tanto Emelec como Internacional lograron la victoria. En cambio, The Strongest perdió ese partido (3-1) a pesar de que comenzó ganando. Además cayó en Ecuador y Brasil. O sea, no puntuar afuera fue su acabose.

Bien de local

No estuvo mal la campaña de The Strongest jugando como dueño de casa, pues ganó sus cuatro partidos: uno de la primera fase y los tres de la segunda. En el primer caso le ayudó, en el segundo fue insuficiente.

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Es preciso ya, de inmediato, completar el titular. Y para ello la síntesis tiene que ver con discriminar claramente entre la cautela y la renuncia frontal al ataque. He ahí la transgresión capital del juego que The Strongest exhibió en Porto Alegre.

Basta citar que a través de todo el primer lapso Pablo Escobar y Rodrigo Ramallo virtualmente no aparecieron en escena. Y no en razón, claro, a un acto voluntario, sino como producto de una actitud tacaña, concebida solo en pos de frenar, sin ánimo de —al menos tibiamente— causar daño. Entonces, los hombres más adelantados quedaron inutilizados.

Vimos, entonces, un monólogo colorado. Que sin ser un dechado de virtudes aprovechó enormes espacios y controló el balón sin contrapeso. Sasha, Nilmar y D"Alessandro pudieron quebrar el cero, pero fue Valdivia quien a los 40" tradujo en el marcador el reflejo del trámite. Casi de inmediato Emelec pasó, en Ecuador, a ser ganador y la cuestión quedó cuesta arriba.

Cuando el visitante buscó modificar el panorama —ingresó Luis Melgar por Nelvin Soliz— ya era tarde. Y no solo porque el elenco brasileño se desenvolvía con suma tranquilidad (amén de alguna dosis de displicencia) sino porque en Guayaquil el dueño de casa amplió la diferencia, con toda la significación que ello implicaba en la tabla de la serie.

No cabe duda que la gran asignatura pendiente del Tigre se alió a su inefectividad en canchas ajenas, donde no cosechó nada, pero ayer cabía otro argumento. Nada de exponerse en demasía, pero sí algo de lo insinuado a través del complemento, que al menos dio lugar a que Alisson dejara de ser un espectador instalado en su arco.

Limitar el accionar a atrincherarse es, generalmente, una bomba de tiempo. Volvió a comprobarse. Como también la insuficiencia de un desempeño impecable en función de la localía. Los clasificados, al igual que el plantel aurinegro, respondieron en dicho rubro, pero marcaron la desigualdad en Santiago.